En el periodismo digital, los costes son más bajos, por lo tanto, más sostenibles. Están surgiendo nuevas cabeceras y proyectos de prensa en internet, que se van haciendo hueco, teniendo como aliadas a las nuevas tecnologías, que ya no lo son tanto. Son las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en las que hay que sustentarse. Olvidar el concepto estático del papel y ser dinámicos en internet.
El camino es especializarse, diversificarse, segmentarse, adaptarse. Centrarse en temas y ámbitos para conseguir llegar a la máxima audiencia, apostar por nuestro público y no desperdiciar esfuerzos en vano, así como diferenciarse y renovarse aportando valor añadido, que nos diferencie del resto. Y adaptarse a contextos, idiomas, códigos, costumbres y culturas. Un hecho a medida con muchas tallas y colores.
Los periodistas contamos historias; ahora hay que seguir contándolas y compartiéndolas. Difundir, crear, opinar, contactar, compartir. Esto, desarrollado, son blogs, contenidos, comentarios, webs, posicionamiento, redes sociales...
Los medios hace ya tiempo que no son unidireccionales; se difunde la información porque la comunicación ahora es bidireccional. Los grandes medios no enfocarán tanto sus noticias en llegar a los pequeños sitios y se apuesta en hacer lo global a escala local. Las empresas periodísticas se desmembran echando a la calle a periodistas, que pueden seguir contando historias, ya que el canal ahora es digital. Los profesionales de la información y la comunicación transmiten la noticia, pero hay que hacerlo desde distintas narrativas multimedia. Y deberán formarse, capacitarse, renovarse. El periodista ya no es un privilegiado de la información, sino que debe buscar el valor del hecho noticioso en la saturación informativa. Ya no son las ondas, la tele, el papel... Es todo eso, pero internet es el canal.
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